¿ Quien no se ha visto mal un día en el que la apariencia es muy importante? Bueno pues ahora imaginaos que el día de vuestra boda se convierte en uno de esos días en los que pensáis: «¿Quién me habrá mandado a mi salir de la cama hoy?». Bien, hoy vamos a hablar sobre todo lo que podemos hacer para evitar esos «¡tierra trágame!»
A todas nos gustaría casarnos con ese morenito ideal que resalte el blanco del vestido, pero, algo importante es no broncearse los días previos a la ceremonia. Para poder prevenir algunos percances como el enrojecimiento de la piel, o incluso un color de la tez demasiado moreno al haber utilizado sprays o cremas autobronceantes, se recomienda empezar a coger ese color deseado como mínimo a un mes de la boda.
¿Y qué hay de esas personas que de repente se dicen: «pues yo quiero sorprender», y de repente aparecen con el pelo teñido o con un cambio de look radical, que, si tienes suerte te favorecerá, pero de un momento a otro eso puede convertirse en una catástrofe. Factores como un tinte que no es el adecuado para ti, o incluso un tinte erróneo, un corte algo drástico que resulte que no te favorezca. Por eso recuerda: ¡No vayas a la peluquería si no es para peinarte!
Las fotos de tu boda son algo esencial. Un álbum prácticamente dedicado para ti y tu pareja recordando ese día para los restos. Qué bonito quedaría que salieses en las fotos con una escayola, ¿verdad? Por eso se recomienda no realizar deportes de riesgo semanas antes de la boda, y así poder evitar caídas, fracturas, rozaduras, etc. Aunque no solo los deportes de riesgo. También es sustancial no celebrar la despedida de soltera el día antes, ya que el cansancio, la más que posible resaca y los imprevistos que puedan surgir pueden hacer de ese día un completo desastre.
Después de meses de preparativos al fin llega el día. ¡Por fin te casas! Pero hay con un imprevisto con el que no contabas. El vestido que elegiste con tanto esfuerzo y que era perfecto para ti ya no te sienta bien. Es muy común la alteración del peso en esas fechas, por lo que tanto engordar como adelgazar puede convertirse en un desastre. Los nervios pueden hacer que aumente tu ansiedad y al igual que hay personas a las que les da por comerse todo lo que se encuentran, otras no prueban bocado. Hay que evitarlo e intentar controlarse. Una manera de evitar el exceso de kilos de repente es no abusar del sodio semanas antes de la boda, ya que éste contiene al rededor de un 50% de su peso en agua y eso lleva a la retención de líquidos y ,por consiguiente, a la hinchazón.
Evita esto y el día de tu boda tiene más posibilidades de ser el día perfecto que siempre soñaste, por que recuerda: ¡El día de la boda no hay tiempo para imprevistos!
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